Disfrutamos de nuestras vacaciones este aí±o en Lanzarote, mi mujer, la peque y yo. Este aí±o hicimos caso a mi amiga Paloma, que alquila los que los Ingleses llaman «Villas», pero yo lo llamo apartahotel o chalet si acaso. Lo cierto es que vimos las fotos en su web (lowcostlanzarotevillas.com, por si tienes curiosidad) y aunque no era tan «low cost» como esperaba, lo cierto es que estamos a cuerpo de rey en «Las terracitas» que alquilamos. Para un Castellano es un lujo disfrutar de una buena terraza en verano..
El hecho es que no hay oro o plata en ninguna joyerá que cambie por disfrutar de tomar una cervecita frá al sol y con una temperatura suave ¡Incluso de noche! Tal vez es por la novedad, pero me conformo con poco.
Sólo enturbió la paz de mi descanso familiar un leve e pequeí±o contratiempo: Me carguí© una de las chanclas pisí¡ndome a mí mismo y, de paso, hice un poco el ridículo. El caso es que me llevó mi mujer a esa odiosa actividad que es ir de compras por Lanzarote para comprarme unas chanclas nuevas y, no sí© porquí©, llevo aí±os llamando a este calzado «alpargatas». Ahora soy consciente de que mi mujer ya sabe a lo que me refiero cuando las pido, pero en la zapaterá donde fuimos al pedir unas alpargatas me preguntaron que si las querá para mi mujer para un evento o similar. Evidentemente, al ver el muestrario que tenán de alpargatas de esparto para mujer, caí en la cuenta de que cada cosa tiene su nombre y hay que usarlo bien.
La verdad, no me imagino paseando por la piscina con unas elegantes alpargatas de las que vi….
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